La hidratación y la presión arterial: datos sorprendentes sobre la ingesta de líquidos y tu salud
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Publicado: August 1, 2024
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La retención de líquidos es uno de los factores principales que contribuyen a la hipertensión o presión alta. Hidratarse adecuadamente durante estos días de intenso calor es una necesidad obvia para prevenir el agotamiento por calor o un golpe de calor potencialmente mortal. Pero los estudios clínicos también indican una relación entre la presión arterial y el estado de hidratación.
Para las personas con problemas de salud subyacentes, incluyendo la hipertensión, es muy importante mantener niveles adecuados de líquidos en todo momento. Las agencias de salud pública suelen recomendar que las personas con el corazón y los riñones sanos consuman entre 2.7 y 3.7 litros de agua al día. Sin embargo, el adulto promedio estadounidense sólo bebe unas 41 onzas de agua al día, es decir, 1.2 litros.
Por supuesto, la ingesta de agua sugerida para los adultos saludables varía en según varios factores, como la edad, el sexo, el peso corporal, el nivel de actividad y el clima. Hacer ejercicio o trabajar al aire libre en el Sur de la Florida, por ejemplo, requiere una mayor ingesta de líquidos para combatir el calor y la humedad.
La deshidratación se produce cuando el cuerpo pierde más agua de la que ingiere, lo que puede provocar un desequilibrio de electrolitos y fluidos. Estar deshidratado puede tanto reducir como elevar los niveles de presión arterial, explica Ian Del Conde, M.D., cardiólogo y especialista en medicina vascular de Baptist Health Miami Cardiac & Vascular Institute.
“Cuando una persona se deshidrata, el volumen sanguíneo disminuye, lo que inicialmente puede provocar un descenso de la presión arterial”, explica el Dr. Del Conde. “Sin embargo, a medida que el cuerpo intenta compensar, libera ciertas hormonas que pueden contraer los vasos sanguíneos y hacer que aumente la presión arterial. Esto significa que la deshidratación puede provocar paradójicamente tanto una presión arterial baja como alta”.
Los National Institutes of Health (NIH) encontraron una “fuerte asociación entre el estado de hipertensión y los parámetros de hidratación” en un estudio publicado en 2022. “Este resultado debería aumentar la concienciación sobre una hidratación adecuada, ya que la hipohidratación puede ser un factor causante de hipertensión”, señalan los NIH. La hipohidratación es un estado en el que el cuerpo transporta menos agua que las fluctuaciones diarias normales.
En otro estudio separado publicado en 2023, los NIH descubrieron que “los adultos que se mantienen bien hidratados parecen mantenerse más saludables, desarrollan menos condiciones crónicas, tales como enfermedades cardíacas y pulmonares, y viven más tiempo en comparación con los que no ingieren suficientes líquidos”.
El estado de hidratación es sólo uno de los factores que pueden influir en la presión arterial. Junto con el mantenimiento de un estado de hidratación saludable, el Dr. Del-Conde aconseja que los siguientes hábitos pueden afectar positivamente a la presión arterial de una persona.
- Mantener un peso saludable
- Participar en ejercicio con regularidad
- Reducir la ingesta de sodio
- Limitar el consumo de alcohol
- Manejar el estrés
- Incorporar alimentos ricos en potasio, magnesio y fibra
Un estudio publicado recientemente ha revelado que prácticamente todo el mundo puede reducir su presión arterial disminuyendo el consumo de sodio (procedente principalmente de la sal), aunque esté tomando fármacos para reducir la presión. El estudio, publicado en la revista JAMA, reveló que el 72% de los participantes en el estudio experimentaron una disminución de su presión arterial sistólica con la dieta baja en sodio en comparación con su dieta usual.
“Está demostrado que la ingesta de sodio (o sal) influye en la presión arterial”, afirma el Dr. Del Conde. Algunas personas tienen una presión arterial alta más sensible a la sal que otras. Dicho esto, cualquier persona con hipertensión debe acostumbrarse a no añadir sal adicional a los alimentos”.